Por su parte la boxeadora,
Ingrid Valencia, se mostró complacida porque se crearon dos categorías mas en ese deporte lo que – dice- le permitirá ir acompañada con otras boxeadoras a las justas olímpicas Tokio 2020.
Yuberjan -el sin tocayo- dice que por ahora no aspira a ser profesional del boxeo porque quedo «picado» con la medalla de oro que no alcanzo en Brasil, la cual aspira a ganar en Tokio 2020.En ausencia de Mariana Pajon y Catherine Ibarguen, El urabeño fue la atracción por su carisma, de fácil trato y simpatía
Es de anotar que los medallistas recibieron cada uno un cheque y un carro, de la presidencia de la república. Mariana, Caterine y Oscar el pesista, por ser medalla de oro, su incentivo fue de $165’468.960.
$96’523.560, medalla de plata, para el boxeador Yurberjen Martínez y la Judoca, Yury Alvear y $68’945.400 a medalla de bronce para la boxeadora Ingrid Valencia y el pesista, Luis Javier Mosquera, este último recibió del vicepresidente Vargas Lleras, las llaves y la escritura de una casa en Yumbo, Valle del Cauca. Las protestas en redes sociales por los premios a los medallistas olímpicos no se hicieron esperar y tal vez se resume en lo allí publicado: “En Colombia se gana más en un ‘reality’ de bajo ‘rating’, que logrando una medalla olímpica”… “Esa plata no es suficiente para el esfuerzo que han hecho los deportistas por una vida de sacrificios”. Con frases como estas, algunos colombianos han manifestado su inconformidad con los premios que entrego Coldeportes a los medallistas olímpicos de Río 2016.
Por Catalina Torres León
Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”, diría Neil Armstrong cuando reporto haber llegado a la Luna un 20 de Julio de 1969. Hoy bajo la inspiración de esas palabras se podría afirmar que Colombia concreta la firme intención de dar ese salto cuántico hacia una evolución en la manera de conducir su destino hacia la unidad, el propósito común de crecer sin distracciones ni fugas inconscientes de muerte…Aun cuando también está sentenciado que “…los pobres –en conciencia, en evolución en buena voluntad- siempre los tendréis” que sabotean, proceden egoísta y mezquinamente…prevalece la Esperanza de que la firma de los Acuerdos de Paz –de obligatorio cumplimiento- que hoy se llevan a cabo en la bella Cartagena, sean “la imperfección” hacia un movimiento ascendente real de progreso individual y colectivo equilibrado. Por lo pronto, se vale soñar! Vale la pena señalar que independiente de la mesa y la “firma de la Paz” también valdría la pena detenerse un poco en aquella exhortación que en su momento el presidente Kennedy hizo a sus gobernados: “pregúntese que puede hacer usted por los Estados Unidos, no tanto que pueden hacer los Estados Unidos por usted…! Al alcance de cada uno mejorar, mejorar y mejorar, al menos estar en paz con nuestro próximo (prójimo). Es mi compromiso personal… Un saludo a todos y cada uno de los que han tomado como objetivo personal, la misma unidad que hoy se acuerda.
Por: Catalina Torres Leon.
Periodista,
El reciente libro del periodista mexicano, Gastón García Miranda, “Los funerales del quinto sol” a raíz de los 30 años de aquel apocalíptico terremoto del 19 de Septiembre de 1985, concluye que aquello, fue una reacción de la tierra a las agresiones humanas: deforestación, depredación, emisión de gases, plantas nucleares, explosiones, vertimiento de desechos tóxicos en los mares con el consecuente envenenamiento de los océanos, fauna marina y toda suerte de alteraciones en el equilibrio y funcionamiento del planeta. Llegar a esta conclusión ha sido aceptar que el proceso de deterioro ambiental tiene que ver con el sometimiento que ha hecho el hombre de su propia casa hasta convertirla en casi inhabitable
Pero esta no ha sido la única experiencia. En el invierno de 1987, en ciudad de México, síntomas de vértigo, sensación de asfixia que llevaron a pensar en la eventual utilización de máscaras de oxígeno y, sobretodo, la aparición masiva de pájaros muertos puso en evidencia la gravedad del problema en esta megalópolis. Un par de años más tarde, un millón y medio de mariposas Monarca en su tradicional tránsito del intenso frio de Canadá hacia la zona subtropical de México, a los santuarios de Valle de Bravo y Michoacán, no alcanzaron a llegar a estos destinos: a su paso por el Distrito Federal sucumbieron al envenenamiento del smog y nunca pudieron regresar a su lugar de origen.
Al parecer nada de esto prendió las alarmas. Lo grave es que el panorama no es solo local; experiencias como estas que deberían ahorrarnos situaciones similares en otros países del mundo y de la región, como Bogotá la capital colombiana, con índices de contaminación a pasos agigantados, “en la actualidad, está superando la recomendación vigente anual, de un promedio de 20 microgramos de partículas por cada metro cúbico de aire (μg/m3), establecida por la Organización Mundial de la Salud, OMS. El promedio en la capital está entre 60 y 65, es decir, más del triple”, publica el periódico de la Universidad Nacional; parece no tomarse nota de la amenaza, de continuarse así.
Años atrás en el Congreso anual de Periodismo Científico mexicano participamos con la ponencia, “Unidad investigativa periodística climática” que pretendía destacar el compromiso de los medios de comunicación frente a esta amenaza ecológica. ¿Uno de los propósitos? denunciar la expedición gubernamental indiscriminada de licencias ambientales con el objeto de tener control sobre industrias contaminantes y resaltar la necesidad de tener conciencia al respecto. Aquello no paso de ser un mero ejercicio teórico, recibido con escepticismo por la audiencia, dados los múltiples intereses frente al nuevo tema que implicaría renuncias a ganancias comerciales que empresarios mexicanos ni multinacionales estarían dispuestos a sacrificar. A la postre, la propuesta, resulto como ellos dicen “un sueño guajiro”
Muy pronto las noticias dieron cuenta de que otras metrópolis como Nueva York, Tokio, Nueva Delhi, Shangai, Santiago de Chile, Sao Paulo, registraban efectos invernaderos con sus rigores sobre lo ambiental, la alteración del clima y sus producciones agro-pecuario-industriales, necesidad que los llevó a incluir el tema en sus agendas locales y públicas.
ACCIONES
En este marco, tras múltiples intentos, se convoca a países desarrollados y en vías de desarrollo -emisores centrales de contaminantes- y en un esfuerzo por atender la gravedad de la situación, entre 1994 y 1997, se constituyó el Protocolo de Kioto que es un protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) de cumplimiento en el plazo de 2008 a 2012 en el que se establecieron metas específicas de reducción de emisión de gases efecto invernadero, en un 5% a los países desarrollados con respecto a sus emisiones de 1990 y a los países en desarrollo, la obligación de informar periódicamente sobre el estado de sus emisiones. Cabe anotar que uno de los considerados mayores paisas contaminadores, Estados Unidos, no acogió ni firmo ese Protocolo. Algunos otros lo acataron temporalmente, incluido Japón sede del acuerdo.
Recientemente tuvimos la oportunidad de permanecer unas semanas en Tokio y de hecho, la capital de Japón, pasó a ser una de las ciudades con calidad de aire, agua y ambiente despejado a pesar de la aglomeración de su extensa población. Sin embargo, a raíz del Tsunami de 2011, este país se convirtió nuevamente en fuente de alto impacto contaminante producto del accidente durante ese fenómeno natural sobre la planta nuclear de Fukushima, desastre hasta la fecha: arroja diariamente 300 toneladas de líquido radiactivo sobre el Océano Pacifico lo que ha ocasionado la desaparición de incalculable número de especies y fauna marinas, amén del envenenamiento de las aguas con insospechables repercusiones sobre la salud de los seres humanos.
NUEVO INTENTO COP21 PARIS; CONTRIBUCIONES DE COLOMBIA
Tales desacuerdos en la prorroga del protocolo de Kioto se han llevado a cabo varios encuentro con el propósito de restablecer compromisos, metas, objetivos de cumplimiento a nivel global, por lo cual, este diciembre de 2015 se llevará a cabo en Paris, la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático (COP21)